Traducción de la mu'allaqa de Zuhayr por estudiantes de árabe

En la asignatura Literatura árabe clásica, en el curso 2019/2020, los alumnos de la Universidad Autónoma de Madrid de los grados de Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación y Estudios de Asia y África en el itinerario de árabe hemos llevado a cabo nuestras propias traducciones de un fragmento de la mu´allaqa de Zuhayr (más información aquí). Cada una de estas versiones es muy distinta de las demás; presentan interpretaciones de la casida de Zuhayr con matices muy diferentes que nos permiten enfrentarnos a ella desde una multiplicidad de perspectivas grandísima. Comparar las distintas versiones que vamos a presentar ahora da pie a una reflexión magnífica sobre la traducción literaria, sobre las decisiones que el traductor ha de tomar a la hora de trasladar el contenido semántico de una lengua a otra y sobre el puente que establece entre dos lenguas, de forma que el poema traducido ya no es únicamente una obra artística de Zuhayr, sino uno nuevo en unión con la labor poética del propio traductor. Pues, aquí podéis leer, en primer lugar, la selección de versos que conforman nuestra traducción y, en segundo, algunas de estas versiones. Podéis leer el poema completo junto con su traducción oficial al castellano, realizada por los arabistas Federico Corriente y Juan Pedro Monferrer Salas, aquí.

أَمِنْ أُمِّ أَوْفَى دِمْنَةٌ لَمْ تَكَلَّمِ * بِحَوْمَانِةِ الدَّرَّاجِ فَالْـمُتَثَلَّمِ

ودَار لَها بِالرَّقْمتَيْنِ كَأنَّها * مَراجيِعُ وَشْمٍ في نَواشِرِ مِعْصَمِ

سَئِمْتُ تَكالِيفَ الحَياةِ وَمَنْ يَعِشْ * ثَمانينَ حَوْلًا لَا أَبَالَكَ يَسْأَمِ

وما الحَرْبُ إلَّا مَا علِمْتُمْ وذُقْتُمُ * ومَا هُوَ عَنْها بِالْحَدِيثِ الـمُرَجَّمِ

وأَعْلَمُ ما فِي اليَوْمِ والأَمْسِ قَبْلَهُ * ولَكِنَّنِي عَنْ عِلْمِ ما فِي غَدٍ عَمِ

رَأَيْتُ المَنايَا خَبْطَ عَشْواءَ مَنْ تُصِبْ * تُمِتْهُ ومَنْ تُخْطِئْ يُعَمَّرْ فَيَهْرَمِ

ومَنْ لَمْ يُصَانِعْ فِي أمُورٍ كَثِيرَةٍ * يُضَرَّسْ بِأَنْيابٍ ويُوطَأْ بِمَنْسِمِ

ومَنْ يَجْعَلِ الـمَعْرُوفَ مِنْ دُونِ عِرْضِهِ * يَفِرْهُ، ومَنْ لا يَتَّقِ الشَّتْمَ يُشْتَمِ

ومَنْ يَكُ ذا فَضْلٍ فَيَبْخَلْ بِفَضْلِهِ * عَلَى قَوْمِهِ، يُسْتَغْنَ عَنْهُ ويُذْمَمِ

ومَنْ هَابَ أَسْبابَ المَنايَا يَنَلْنَهُ * وإنْ يَرْقَ أسْبابَ السَّماءِ بِسُلَّمِ

ومَنْ يَجْعَلِ المَعْرُوفَ فِي غَيْرِ أَهْلِهِ * يَكُنْ حَمْدُهُ ذمًّا عَلَيْهِ ويَنْدَمِ

ومَنْ لَمْ يَذُدْ عَنْ حَوْضِهِ بِسِلاحِهِ * يُهَدَّمْ، ومَنْ لا يَظْلِمِ الناسَ يُظْلَمِ

ومَنْ يَغْتَرِبْ يَحْسَبْ عَدُوًّا صَديقَهُ * ومَنْ لَمْ يُكَرِّمْ نفسَهُ لَمْ يُكَرَّمِ

ومَهْمَا يكُنْ عِنْدَ امْرِئٍ مِنْ خَليِقَةٍ * وإنْ خَالَها تَخْفَى عَنِ النّاسِ تُعْلَمِ

لِسانُ الفَتَى نِصفٌ ونِصفٌ فُؤَادُهُ * فَلَمْ يَبْقَ إلَّا صُورَةُ اللَّحْمِ والـدَّمِ

سَأَلْنَا فَأَعْطَيْتُمْ وعُدْنا فَعُدْتُمُ * ومَنْ أَكْثَرَ التَّسْآلَ يومًا سَيُحْرَمِ

Clara Salazar Álvarez-Palencia (estudiante de Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación y autora de esta traducción) nos presenta el poema de Zuhayr de forma enunciativa, ciñéndose estrechamente al significado de la casida y de cada palabra que lo conforma. Tiende a la literalidad y a la economía de estilo; podríamos decir que busca disimular sus pasos en la traducción para presentarnos, en la medida de lo posible, la mu'allaqa de Zuhayr tal y como él la escribió, pero en otra lengua. Su estilo traductor es, en definitiva, uno de los más difíciles, pues convierte su voz en megáfono para amplificar el discurso del poeta:

Es la madre del resto del campamento quien no dejó las cosas claras; entre el valle y el camino que va a la planicie

Ahora vislumbro las señales; las marcas del suelo me recuerdan a tus muñecas tatuadas

Estoy cansado de vivir amargamente; ¡pero escucha a quien 80 años tiene!

Como solo habéis conocido la guerra; lo único que hacéis es guerrear

Conozco el presente y el pasado; pero soy ciego del futuro

He visto las flechas de la muerte volar y a algunos acierta; a quien acierta mata, pero a quien no atina envejece

Quien no se las apaña para asuntos que son muy dolientes; peleará con uñas y dientes a lo largo de su vida.

Quien ofrece a quien no se lo merece, no recibirá nada a cambio; pero quien insulta, será insultado

Quien sea persona de honor, pero después es tacaño con su actitud; acabará siendo relevado y criticado

Y quien tema a las flechas de la muerte será alcanzado por ellas; aunque suba los escalones del cielo por las escaleras

Quien coloca lo bueno en la gente desagradecida; lo que era elogio se convierte en crítica y llega el arrepentimiento

Quien no defiende lo que realmente importa, es destruido; y por eso hay que ser crítico para no ser embaucado

Quien deja atrás su tierra y considera a su amigo su enemigo; quien no se honra a sí mismo no será respetado

Seas de la forma que seas; aunque pienses que no te conocen, todos sabrán cómo eres realmente

La juventud es mitad lengua y corazón; pero de ello no queda más que la imagen de la carne y sangre.

Hemos pedido y habéis respondido, hemos vuelto a pedir y habéis vuelto responder; y a quien se aprovecha un día se le privará.

Estefanía Saiz Bautista (estudiante de Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación y autora de esta traducción) encuentra la manera de que su poema nos ubique en una época distinta a la actual, anterior. Mediante su elección de léxico y de formas verbales, sabemos que la voz del poema no nació ayer, sino hace siglos. Entre líneas, encontramos huellas de la pluma de Estefanía detrás de la de Zuhayr; en el optimismo de sus consejos, que traen dicha a quien los siga, o en la reinterpretación de versos que nos suenan más cercanos gracias a su explicación:

¿Acaso pertenece a Umm Awfa el trazo grabado en el valle entre al-Darrāg al-Mutatallam?,

Los restos del campamento en la arena parecieran el tatuaje que asciende por las muñecas de una mujer.

Estoy cansado de las costas de la vida. Os juro que quien vive 80 años, por fuerza ha de sentir fatiga.

Sabéis que la guerra solo trae muerte; no es otra cosa sino lo que ya habéis visto y experimentado.

Yo, conozco solamente lo que aconteció ayer o lo que el día de hoy trae; sin embargo, ignoro el mañana.

Veo que la muerte acecha sin reparo; muere a quien alcanza, pero vive quien consigue eludirla.

Dichoso aquel que no milita en muchas cosas, pues permanecerá atento a los peligros que acecharen su vida.

Dichoso aquel que protege su honor mediante el favor, pues lo conservará; aquel que no mostrare respeto recogerá el fruto de lo que hubiere sembrado.

Dichoso aquel que comparte, pues dar es más que recibir; aquel que fuere corto en dar no recogerá honra.

Dichoso aquel que no teme a la muerte, pues, aunque aspirare a ascender al cielo, no podría esconderse de ella.

Dichoso aquel que no se apresura en dar, pues, evitaría arrepentirse de haber favorecido a quien no lo mereciere.

Dichoso aquel que guarda a su familia y encuentra en ella su tesoro, porque aquel que no lo haga será destruido.

Dichoso el viajero que es prudente con quien le da hospedaje; aquel que no se honrare a sí mismo no será honrado por otros.

Nada puede permanecer oculto en el tiempo, menos nuestro modo de hacer; la naturaleza de la verdad es ser revelada.

La esencia del hombre es vida, pero en el valle de las guerras y disputas solo habita la muerte.

Habéis pedido y se os ha dado, pero si continuáis pidiendo, pronto dejaréis de recibir; no podría compartir con vosotros ninguna otra cosa.

Alba Bravo Zabalza (estudiante de Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación y autora de esta traducción) busca un equilibrio entre su forma y su contenido. Mantiene la estructura por hemistiquios del poema, pero a cambio se aleja, si es preciso, del original, priorizando el efecto poético sobre la literalidad de su traducción. Así, a través de una forma estricta y un contenido más flexible y poético, encontramos una traducción cohesionada que oscila entre imitar la voz original y reinventarla:

Los restos del campamento guardan silencio

sobre el nuevo paradero de Umm Awfa, entre al-Darrag y al-Mutallam

y la tienda abandonada entre aquellas dos marcas parece

el tatuaje que le decoraba las muñecas.

Estoy ya cansado de pesares en la vida: quien vive

ochenta años, toma mi palabra, conoce el cansancio.

La guerra no es sino lo que ya conocemos,

lo que ya demasiadas veces hemos lamentado y repetido.

Conozco el hoy y lo ocurrido ayer,

pero el mañana se esconde de mis ojos ciegos.

He visto a las flechas de la muerte en vuelo; a quienes alcanzan,

no vuelven a levantarse; a quienes esquivan, viven y envejecen.

Quien no afronta sus cuitas con mano diestra

encontrará en su camino colmillos que le darán muerte.

Quien asiste al prójimo sin pedir nada a cambio

no obtiene recompensa, y quien no teme el insulto es insultado.

Quien tenga el favor de su lado y no comparta

con su pueblo perderá entonces su honra y su importancia.

Quien teme las causas de la muerte será atrapado

incluso aunque alcance el cielo con una escalera.

Quien ampare al enemigo

se arrepentirá pues su elogio se volverá contra sí mismo.

Quien no proteja a los suyos con las armas

será destruido, y quien cometa una injusticia hacia los otros será ajusticiado.

Quien se convierta en extranjero de su tribu, creerá enemigo a su amigo

y quien no se considere digno no será digno a otros ojos.

Cualquiera que sea tu naturaleza,

que crees escondida del conocimiento de la gente, es sabida.

El joven es en sí mismo lengua y corazón desbocado

y al final de él no queda sino el reflejo de la carne y de la sangre.

Pedimos y entonces disteis; prometimos y regresasteis

pero a quien mucho pide un día le será negado.

Ángel Sanz de Diego (estudiante de Estudios de Asia y África y autor de esta traducción) rompe con todos los esquemas métricos de Zuhayr para convertir el poema en uno propio. En contraste con la rígida estructura de la casida árabe, nos encontramos aquí con un verso libre que reformula el poema para hacernos plantearnos su universalidad: en la traducción de Ángel, se dan la mano el siglo VI y el siglo XXI y juntos dan origen a un poema que aúna dos culturas muy dispares. Podríamos decir pues que esta traducción nos descubre el poema de Zuhayr a través de los ojos del presente:

Oh esposa mía, ya no me hablan los

restos del campamento entre el valle y la

planicie.

Y las marcas de las tiendas son como

tatuajes en las muñecas de las mujeres.

Me he cansado de las desgracias de la

vida y tengo ochenta años;

Juro que estoy cansado.

La guerra es lo que sabéis y padecido o lo que tantas veces

ha sido dicho. No hay más.

Sé lo que pasó ayer y hoy, pero soy ciego

del mañana y sus designios.

Las flechas de la muerte te

pueden alcanzar o no; todo depende

del esquivo azar.

Quien no se ocupe de sus asuntos será

rechinado por colmillos y pisado por

pezuñas de camello.

Quien haga favores a quienes no los merecen

no obtendrá recompensa más será

vejado y vilipendiado.

Quien sea persona de mérito y no

comparta sus dones, será objeto de abandono

y lacerantes críticas.

Quien tema a la muerte y sus flechas

vivirán en vano desasosiego: nunca podrá escapar,

por mucho que ascienda en su huida

todos los peldaños del cielo.

Quien tenga y dé a gente que no

sabe apreciar el valor de lo que se da

en gran modo se arrepentirá.

Aquel que no defiende a su grey con

las armas del honor vivirá bajo el

oprobio y la imputación.

Quien se aleje de la patria, deberá

andar con sumo tiento y cuidado entre gentes

que son extrañas.

Aunque el ser humano esconda su natural,

la gente terminará sabiendo cómo eres.

La lengua de los jóvenes es mitad

palabras y mitad corazón, pero a la postre,

solo queda un legado de sangre y carne.

Preguntasteis y se os concedió; pedisteis

una segunda vez y también se os dio.

Mas quien redunda en el pedir se verá sin

nada que recibir.




Comentarios

  1. Es una muy buena herramienta para aprender a traducir y saborear la poesía árabe clásica

    ResponderEliminar

Publicar un comentario